sábado, 10 de marzo de 2012

Simbolismos que venden

He decidido hacer un poco de “terapia de blog”, y que por esta vez voy a dejar de analizar un poco el mundo y centrarme en el estado actual de mi vida, en sus pequeñas cosas y quizás mientras me dejo ir escribiendo sea capaz de discernir nuevos proyectos y ordene un poco mentalmente mi habitual dispersión.

Dejando de lado el tema laboral (que resumiéndolo mucho, estoy satisfecho con lo que hago aunque tengo que complementar con más cosas porque económicamente estoy peor que nunca y en claro retroceso), y también dejando de lado el tema sentimental (básicamente porque por desgracia tampoco hay absolutamente nada por comentar), el caso es que, al estar ahora con poco trabajo y mas ocioso (más de lo que me gustaría) mi mente se ha puesto a buscar actividades de ocio varias.

Esta tarde me la he pasado básicamente intentando saciar anhelos infantiles, de hecho buscando información por internet. Plantar un árbol (como va lo de hacer esquejes, cuando se plantan, tipos de arboles y los cuidados de cada uno) y sobre hacer un túnel hacia las profundidades de la tierra, sobre eso me he estado informando hoy. Los que se han hecho hasta la fecha, que si cada kilometro hacia abajo sube 30º la temperatura, etc. Y finalmente buscando por el google earth a ver dónde puedo ir mañana a pasear a los perros, buscando algún rio nuevo para ir a remontarlo por el lado.

El caso es que, he estado pensando en lo que me subyace a mí mismo, a mis gustos peculiares, y he visto que tras todos mis gustos hay metáforas que en el algún momento del pasado he pensado que me representaban. Si, ya sé que si alguien lee esto estará pensando “metáforas??? Me he perdido¿? Que tiene que ver una cosa con la otra?!”. Así que creo que lo explicaré un poco mas desde la base del asunto y hablaré acerca de las metáforas.

Cuando uno vé por ejemplo una película de Disney, aparte del argumento en sí y de lo que dicen los personajes, notamos que hay como un mensaje más profundo que captamos, y no me refiero tan solo a las antiguas sino en todas, incluidas las nuevas. Por ejemplo en “el planeta del tesoro” lo que subyace son los deseos de aprobación paterna del protagonista, en “tiana y el sapo” esta el que a veces uno persigue proyectos vitales y que lo que uno quiere no siempre es lo que uno necesita, o en “cars” esta el mensaje subyacente que el éxito es una ilusión efímera y que el valor de la amistad es algo mucho más profundo que todo eso. Y lo mismo para casi cualquier película, aunque no sea Disney. De hecho, cuando mas simbolismos subyacentes hay (matrix, origen o avatar están cargadísimos de metáforas) más atractivos suelen ser para la mente receptora que lo vé.

El tema de las metáforas es hacer una historia que tenga un símil con otra cosa (mas profunda). Una pequeña historia que identifiquemos con cosas acerca de nosotros mismos. La idea es que, nuestro subconsciente absorbe dichos símiles y que aunque conscientemente no nos demos cuenta, de un modo profundo esa información está ahí trabajando cambiándonos en una capa profunda. Aunque esa es la teoría, la verdad es que… yo no he visto ningún estudio ni ninguna prueba fehaciente que eso sea realmente así, porque eso de que va cambiando lentamente y no inmediatamente… puede ser cierto o puede que el subconsciente no lo pille, o pase del tema o simplemente que sea tan cierto como lo de las pulseras esas magnéticas que hace poco llevaba tanta gente y que aparte del efecto placebo, poco más hacían. A nivel de subconsciente, si que admito cosas de efecto más inmediato, como en el caso de la hipnosis, que veo el efecto ahora y que luego puede perdurar, pero en algo tan subjetivo y difícil de explorar como el subconsciente, saber si el mensaje subyacente de una historia te ha modificado el sistema neurológico… ni idea vamos.

En cualquier caso, lo cierto es que, algunos de esos simbolismos, de un modo consciente, me sirven para compararlos con el ideal de lo que quiero hacer con mi vida.

Por ejemplo, a mi me gusta pensar que mi vida es como un rio. Nace pequeño y con mucho ímpetu, y va creciendo con el tiempo, nutriendo y ayudando más a su entorno, dándole vida, arrastrando minerales (experiencias) que enriquecen su agua, y que al final trasciende y se funde con el todo, con el mar.

Y ese simbolismo emocional, esa meta vital a largo plazo, funciona en los dos sentidos, hace que cuando veo un rio real… sienta como una identificación y me den ganas de meterme dentro, de que lo encuentre algo como mágico y atrayente para mi.
Otro simbolismo vital es el árbol (que simboliza a nivel profundo a la persona), y que crece fuerte contra las adversidades de la vida y nutre y da vida a su entorno, da vida a los animales, da sombra, oxigeno, hace que la tierra sea fértil. Es un ser vivo que deja huella positiva en este mundo. Así que también en el caso de los arboles hay una identificación y por consiguiente me encantan.

En cuanto a lo de las profundidades de la tierra, no es sino un símil con el deseo de autocrecimiento, “profundizar en la verdad”.
De hecho, incluso con el tema de los videojuegos, que debo reconocer que me gustan, pero no todos ni mucho menos, sino los de rol. Porque? Pues porque no son como creen que son las personas que son ajenas a ellos, no son maquinas matamarcianistos secacerebros, sino que es como una pequeña vida o como un libro, hay un argumento, solo que eres tu quien lleva las riendas, y el personaje crece, sube de nivel… de hecho, los videojuegos de hoy en día también están cargados de simbolismos, con personajes con cosas de su pasado por resolver, que vencen sus miedos, hay historias de amor, sorpresas… (si alguien ha jugado al famoso final fantasy VII y ha llorado en ciertos momentos argumentales seguro que sabe de lo que estoy hablando). Y de hecho, la gran mayoría de videojuegos tratan temas religiosos y de autotrascendencia, al fin y al cabo: cuales son los mas exitosos? Assassin’s Creed, que trata de la sociedad secreta de los iluminati, de una sociedad que controla el mundo en la sombra, habla de un fin del mundo en el 2012… en fin, cosas que a mucha gente les mueve emociones.

Cual ha sido el juego del año? Skyrim. Y como es ese juego? Pues te dan libre albedrio total, un juego que es un mundo virtual muy bien definido con bosques, ríos, cuevas y ciudades empiezas desde 0 como un mendigo, y vas creciendo en habilidades, te puedes casar, hay varias religiones con sus iglesias y ermitas (con muchos libros acerca de leyendas relacionadas con las religiones, la historia del mundo), hay conflictos políticos, un posible fin del mundo en el horizonte… en fin, es como vivir otra vida.
Yo de momento voy a volver a la mia, que sigue en “stand by” esperando un punto de inflexión en positivo. Para terminar, os dejo con una pequeña historia simbólica, sacada del libro “la oración de la rana”:

En la antigua India se concedía mucha importancia a los ritos védicos, de los que se decía que funcionaban tan ”científicamente” que, cuando los sabios pedían la lluvia, jamás se producía una sequía.
Así es que, conforme a dichos ritos, un hombre se puso a rezarle a Lakshmi, la diosa de la abundancia, para que le hiciera rico. Estuvo orando sin éxito durante diez largos años, al cabo de los cuales comprendió de pronto la naturaleza ilusoria de la riqueza y abrazó una vida de renuncia en el Himalaya.
Un buen día, mientras se hallaba sentado y entregado a la meditación, abrió sus ojos y vio ante sí a una mujer extraordinariamente hermosa, tan radiante y resplandeciente como si fuera de oro. “¿Quién eres tú y qué haces aquí?”, le preguntó.
“Soy la diosa Lakshmi, a la que has estado rezando himnos durante doce años”, le respondió la mujer, “y he decidido aparecerme ante ti para concederte tu deseo”.
“¡Ah, mi querida diosa!”, exclamó el hombre, “ahora ya he adquirido la dicha de la meditación y he perdido el deseo de las riquezas. Llegas demasiado tarde... Pero dime, ¿por qué has tardado tanto en venir?”.
“Para serte sincera”, respondió la diosa, “dada la fidelidad con que realizabas aquellos ritos, habrías acabado consiguiendo la riqueza, sin duda alguna. Pero, como te amaba y sólo deseaba tu bienestar, me resistí a concedértelo”.

Si pudieras elegir, ¿qué elegirías: que se te concediera lo que pides o la gracia de vivir en paz, aunque no la hubieras pedido?

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